Literatura y fotografía.

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martes, 2 de noviembre de 2010

Escuela de políticos


EL PERIÓDICO “EL EXPEDIENTE”, YA HIZO HISTORIA

      En una de sus páginas de fecha febrero de 1975, (hace 34 años), se publicó el siguiente artículo que transcribo sin correcciones. Así aparece en el archivo que se conserva en el “Museo Periodístico” de El Heraldo de Puebla.
ESCUELA  DE  POLÍTICOS
      En la vida todo es aprender para así vivir con conocimientos; y esos conocimientos, después darlos a otras personas, y en esta forma, ir mejorando poco a poco la vida del hogar, de la ciudad, de la nación, y en general, de la humanidad.
      Nacemos y aprendemos primero a comer, a caminar, a hablar… después, nuestros padres y maestros nos enseñan los primeros conocimientos, para la vida del hogar y la vida social; y, ya siendo profesionistas, todavía tenemos: Colegio de Abogados, de Médicos, de Arquitectos, etc. etc. Todos estamos aprendiendo siempre, y todos estamos enseñando.
      A toda la sociedad, a todo el pueblo, lo dirige un grupo de personas a los que llamamos AUTORIDAD. Autoridad quiere decir que: están autorizados por el mismo pueblo, para que ejerzan las leyes del País.
      Hasta aquí, todos estos razonamientos son perfectos; el mal está en que: los políticos son elegidos únicamente por simpatías personales, de determinado grupo de gentes que, después, mediante las dichosas campañas, obligan en una forma o en otra, a que el pueblo emita su voto y, en algunos casos, hasta con amenazas.
      El político, que llevó la piel de oveja durante la campaña, al estar en el poder, la suple por la piel de lobo; olvida sus promesas, y empieza a hacer mal uso de su autoridad. Y ¿por qué sucede esto?.
      Yo siempre he dicho que no hay ninguna persona que realmente sea mala, lo que pasa es que hace cosas que no admiten los demás; y lo hace, no por ser malo, sino por ignorante.
      Esto sucede con los políticos, ¡no son malos sino ignorantes!. La primera muestra de su ignorancia, es el amor al dinero; y, como pueden adquirirlo fácilmente, lo hacen aunque realmente sea esto una estafa al pueblo. La segunda muestra de su ignorancia es la VANIDAD, y abuso de autoridad. Dan órdenes terminantes que, según ellos, son justas, y que nadie reclama, porque, en realidad, el pueblo, en su mayoría, no sabe de leyes democráticas.
      Y así, actualmente nos encontramos con diputadillos que ni leer saben; regidores déspotas y groseros; empleadillos que sobajan al pueblo contribuyente. En fin, todos sabemos que así es en realidad. Muchas veces los políticos de “arriba”, son buenos; pero hay algunos políticos de “abajo” que causan repugnancia.
      Por todo esto, ¡DEBÍA HABER UNA ESCUELA DE POLÍTICOS!, en donde aprendan a ser humanos, limpios de cuerpo y alma, sencillos, sonrientes, con cultura; total: que sean unos verdaderos sabios, pues van a dirigir a un pueblo.
                                                                                               Profr. Eladio Alvarado Ávila

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