EL PODER DE LA MENTE
No quiero hacer un tratado, referente a mis ideas y deducciones, sobre la fuerza del imán y la electricidad, que pueden ser aplicados al poder de la mente. Me concreto a explicar mis observaciones sobre algunos casos, del poder del pensamiento.
La ciencia electrónica avanza aceleradamente, en el aspecto material; y su adelanto se debe, al poder del pensamiento. El ser humano vive porque piensa. Dios, pensando hizo el universo, el mundo, a todos los seres vivientes; al hombre y a la mujer.
El poder del pensamiento y su esencia, es muy fuerte; pero, no es el único. Existen otros poderes, latentes, que tampoco se ven, pero que tienen más fuerza que el propio pensamiento; ellos son: el aire, el aire que es tan indispensable, porque es quien da la vida al mundo; y así, el imán y la electricidad (a saber), ya que éstos, han dado tanto beneficio a la humanidad.
Valiéndose de algunos de estos poderes, Jesucristo hizo: con su pensamiento, transformar al agua en vino; le dio vida a un muerto e hizo ver a un ciego.
También, con el poder del pensamiento, se domina la voluntad de una persona, por medio del hipnotismo; asimismo, los ritos y efectos del espiritismo; y la brujería; el esoterismo e infinidad de sugestivos. Todo, debido al poder de la mente.
La evolución de la humanidad se efectúa por el pensamiento. Científicamente se comprueba, desde el descubrimiento de la rueda en la edad de piedra, hasta los últimos inventos de grandes sabios, como la electrónica y demás sucesos, hasta el haber podido llegar a la luna. Todos los científicos, han sido un receptor del pensamiento de Dios, porque… ¡Dios es el pensamiento!
Ahora bien, ¿por qué no se hacen investigaciones en el aspecto espiritual, y únicamente nos conformamos con la fe en Dios, que nos aconsejan las religiones?. Dios es el pensamiento. No hay nada que exista en el universo que no sea “el poder de Dios”. Pero ¿quién es Dios y en dónde está? ¿qué es nuestro espíritu?
Mi deducción particular es que: Dios está en los tres reinos de la naturaleza: el mineral, el vegetal y el animal; y ¿quién es Dios? ¡Dios es nuestro pensamiento!. Dios es nuestro espíritu, que es el que nos hace pensar.
¿Por qué el ser humano sólo piensa en lo material, desde el átomo hasta el universo? ¿Por qué le damos tan poca importancia al espíritu, que es el que nos hace existir? ¿Por qué no escudriñar otros fluidos como el poder del imán y la electricidad, pero en su aspecto esencial?
Creo, que por medio del imán y la electricidad en poco voltaje, se pueda trasmitir, valiéndose de cables aplicados a las sienes de una persona que envía y otra que recibe, un mensaje; únicamente por el poder del pensamiento.
Quizá, en un futuro no muy lejano, se perfeccionará un aparato con estos elementos: electricidad e imán, y unidos a las ondas como las de televisión y computadora, se podrá estar en comunicación mental con otra persona; o sea: por un “transmisor mental”.
Ante todas estas torpes reflexiones, he fabricado un aparato para ejercitar la transmisión de pensamiento. Y lo estoy poniendo en práctica. Como toda actividad física o mental, se requiere su ejercicio y perseverancia, para obtener el éxito deseado.
Parecerá una inocente utopía tratar este tema, y fabricar un rústico “Trasmisor de pensamiento”. Pero, tengo fe, y la fe mueve montañas.
Profr. Eladio Alvarado Ávila -- Puebla, Pue., abril 18 de 2010
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