SE ESTÁ QUEMANDO EL COSMOS
NUESTRO MUNDO ES UNA LÁGRIMA DE DIOS
Dice el génesis de la Biblia católica, que al principio Dios creó el cielo y la tierra; que todo estaba en tinieblas. Y que entonces dijo Dios: hágase la luz y la luz se hizo.
Y vio Dios que la bóveda celeste era una esfera de longitud indefinida, repleta de toda la nada. Era el caos sobre la faz del abismo. Era el silencio absoluto, sin tiempos, sin distancia y sin tamaño.
Y dijo Dios: que se llene el cosmos de vida y movimiento. Que se formen las galaxias llenas de estrellas, y que se hagan los sistemas planetarios.
La voluntad de Dios se cumplió. Y así, corrieron los tiempos, los tiempos de todos los tiempos.
Y entonces dijo Dios: que todo lo que es materia tenga un principio y un fin. Pero que nunca se acabe el alma que da la vida, y para que esto suceda, inventó la evolución. Que la evolución progrese para que se limpie el cosmos y en su lugar aparezca un cielo limpio diáfano y transparente como el cristal, y que en él también se implante, una esencia espiritual y un sentimiento de amor
.
Y así, el espíritu de Dios, cubrirá la bóveda celeste. Y esa esfera, de longitud infinita, quedará repleta con toda el alma de Dios.
Y entonces dijo Dios: ¡Que todo el orbe se agite y empiece su transformación!. Y empezó a quemarse el cosmos, y se hicieron enormes luminarias, y poco a poco los cielos se cubrieron de cenizas. Se quemaron las galaxias y explotaron las estrellas.
El fuego de nuestro sol está ardiendo todavía y calentando la Tierra. Pero, los planetas ya están muertos; la luna ya no tiene vida, es pura ceniza y tiende a desintegrarse
.
Y viendo Dios con tristeza que todo se terminaba, porque así lo había ordenado, Brotó una lágrima de se rostro, y así se formó este mundo, que ahora se llama Tierra.
Y esa lágrima de Dios que encierran todos los mares, contienen la sal divina, símbolo de su sabiduría.
Y entonces dijo Dios: que este mundo tenga vida, porque salió de mi Ser, y para que no se acabe depositaré el él al ser humano, a imagen y semejanza mía. Entonces, con gran amor formó el Edén en la Tierra, y con su soplo divino hizo a los seres humanos, al hombre y a la mujer. Y también, en consecuencia, a todos los animales, reptiles y fieras según su especie.
Para la supervivencia, habrá mucha vegetación con hierbas que den semillas para su alimentación. Varios árboles frutales, lagos y manantiales. Y para que sean felices, en los campos habrá flores con aromas y varios colores. Habrá en este hermoso Edén, aves de distinta especie y pajaritos cantores que les darán alegría. Con todo lo antes dicho, esto será para ustedes, según lo dirá la Biblia: el Paraíso Terrenal.
Y así, amigo lector, ya conociste el motivo que dio origen a formarse, este mundo en que habitamos. Es la lágrima de Dios; y fue su soplo divino con el que nos dio la vida. Y como herencia nos deja, la ley que en ella nos dice, que sólo debe existir ¡amor entre semejantes!.
Profr. Eladio Alvarado Ávila
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