Literatura y fotografía.

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martes, 12 de octubre de 2010

Pensamos con el espiritu, no con la materia


Dios es Pensamiento. Leemos en el primer libro, de Moisés: “Y dijo Dios: Sea la luz... Y dijo Dios: Haya expansión... Y dijo Dios: Júntense las aguas... etc.
      Ahora bien, Dios hizo todo “pensando”; cosa por cosa la fue pensando antes de hacerla. Luego entonces, Dios es Pensamiento. A nosotros nos hizo a su semejanza, así que nosotros también somos pensamiento; y, “pensamiento”  es espíritu, es Cuerpo Astral.
      Comprendamos bien lo que es nuestro Cuerpo Astral y nuestro Cuerpo Físico. El cuerpo Astral no se podría manifestar, si no tuviera su Cuerpo Físico. Así mismo, Dios, tuvo que hacer con su “Pensamiento”, el cuerpo físico del Universo. Sin lo material, lo espiritual no se conocería, y no tendría ningún valor. Todo lo que es materia tiene “Pensamiento”; fue necesario pensarse para poderse hacer. Lo que no se piensa no se hace. Dios hizo el Universo pensando.
      Todo tiene "Materia y Espíritu"; Cuerpo Físico y Cuerpo Astral. Eso es el hombre mientras vive; cuando muere, es únicamente espíritu; esencia divina que vibra eternamente. El cuerpo físico puede, para que lo comprendamos mejor, compararse con un automóvil; y, el cuerpo astral, con el que lo maneja. Cuando una persona compra un coche, entra dentro de él y lo maneja a su voluntad; el coche está nuevo y no causa dificultad, así como el cuerpo fuerte de un joven; pero, pasando el tiempo el coche empieza a descomponerse, como pasa con el cuerpo de una persona, y requieren, el primero de un mecánico, y el segundo de un médico. Así siguen hasta que inútil el coche pasa al “deshuesadero”, y el cuerpo humano pasa al panteón. El que manejaba el coche lo abandona hasta que se compra uno nuevo. Así pasa con nosotros, el auto viejo es nuestro cuerpo ya gastado; y nuestro cuerpo astral, espíritu o pensamiento, el que lo maneja, así como a un coche lo mueve un pensamiento.
       Para terminar con esta semejanza, agregaré que, cuando el coche se encuentra en el garaje o estacionamiento, es como cuando nuestro cuerpo está durmiendo. El coche está inmóvil como nuestro cuerpo, pero el chofer sigue activo, igual como cuando nosotros estamos soñando, pues no estando dentro del “coche”, tenemos más libertad para movernos y ejercer diferentes actividades.
      Espero que esta comparación sirva para que las personas mayores de edad, comprendamos lo que es nuestro cuerpo astral o espíritu. Si nuestro cuerpo ya está viejo y ya no sirve, no le tengamos tanto  amor .Ya nos sirvió y nos dio muchas satisfacciones; con toda resignación debemos abandonarlo; salgamos de él y quedemos libres para iniciar una nueva vida espiritual sin el estorbo de nuestra “carcacha vieja”.
Profr. Eladio Alvarado Ávila

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