Literatura y fotografía.

Director: Profr. Eladio Alvarado Ávila.

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Puebla, Pue. México.

sábado, 23 de octubre de 2010

Fotos de Puebla antigua

Oficinas y emplados de un Juzgado, es el año de 1945
El presidente Miguel Alemán y el gobernador Rafael Ávila Camacho.

El misterio de la vida


      Me encuentro en el jardín de mi casa, lugar en el que reposo la fatiga de mis cansados años de vida. Ahora estoy observando las hermosas nubes, que con su blancura deslumbrante, forman figuras enigmáticas que inspiran a recogimiento espiritual, y gran reverencia a la obra divina. Mi éxtasis se interrumpe al recordar un misterioso episodio de mi juventud.
      Desde muy chico, siempre tuve pensamientos muy fantásticos; quería saber hasta dónde termina el universo; si hay gente en otros planetas; si de veras existe la gloria y el infierno, y muchas cosas raras que imaginaba mi tierna inteligencia de niño.
      Así mantuve estas inquietudes y pasé mi adolescencia, pero sin descuidar mis obligaciones de estudiante y labores propias de la juventud. Ya siendo joven maduro creció mi preocupación por investigar el misterio de la vida, fue tanta mi obsesión que me sentía desesperado. Y una noche, al no poder conciliar el sueño, me paré de la cama y vine al balcón de mi recámara que queda éste, frente a un jardín, lugar en donde obtuve un sublime contacto espiritual.
      Fue algo que recuerdo con gran emoción: la luna brillaba con su más encantadora belleza, reflejando su luz en los pétalos de algunas flores; el aire era tan fresco que me incitó a hacer algunas respiraciones profundas; dentro de la satisfacción de llenar mis pulmones de aire puro, mi olfato percibió un aroma indescriptible, que no se obtiene en el más excelente de los perfumes. De momento, sentí desfallecer y a la vez como flotar en el aire. Ante mi vista atónita, apareció una hermosa mujer de una exquisita belleza angelical, que, dirigiéndose a mí, me dijo en un tono de voz tan dulce, que hizo palpitar mi corazón con gran fuerza:
      “Yo soy la "Naturaleza", esencia y fuerza de todo lo que existe, soy el "misterio de la vida" que tú con tanto empeño buscas; si quieres conocerme, necesitas viajar y recorrer el mundo visitando los países, y observando a la gente y sus costumbres; saber lo que hacen y piensan los hombres, las mujeres, los niños y los ancianos. Y sobre todo, observar la vida y desarrollo de los animales y vegetales, esa es la única forma que te hará conocer el misterio de la vida. Voy a concederte un poder para que logres satisfacer tu deseo. Todas las noches, a la hora que te dispongas a dormir, invócame diciendo: "misterio de la vida, ven a mí", yo te trasladaré instantáneamente a cualquier ciudad del mundo, que hayas elegido para aprender sus costumbres. Sólo te hago una gran advertencia, únicamente podrás utilizar esta facultad, para conocer a la gente y lugares que visites. No pretendas burlar mis indicaciones porque recibirás un fuerte castigo.”
      Fue tan potente el efecto de sus palabras, que no dudé de ellas, y a la siguiente noche, pensando en España y haciendo la invocación indicada por tan divina dama, al percibir su delicioso perfume, salí al jardín como sonámbulo, y sin cerrar los ojos, empecé a elevarme hacia el cielo a una altura considerable, y volé sobre la ciudad a una velocidad asombrosa, pasando sobre valles, poblados y montañas y cruzando el océano Atlántico, llegué de día a España. Sólo conservaba los sentidos de la vista, el oído y el olfato; no tenía cansancio, ni frío ni ninguna sensación molesta. Me deleité paseando entre la gente sin que ellos me vieran y estudiando todos sus movimientos. Tan pronto estaba en un lugar como en otro, entré a los templos, bibliotecas, cárceles, sitios de diversión, edificios y casas de lujo; llegué a barrios de la gente más pobre y humilde; conocí la riqueza y la pobreza en todas las formas; la vanidad, la maldad, todo pecado; pero también, la bondad, el amor, la caridad y en fin, en las horas que dispuse para deambular por la ciudad, me bastó para conocer y estudiar todo lo que quería; y, en la misma forma que llegué a España, en la misma regresé cuando ya era hora de amanecer. Entré a mi recámara y aún sin haber dormido me sentí bien; para nada perdí la conciencia y recordé perfectamente mi aventura, con la seguridad de que no había soñado todo lo que vi y oí en esa ciudad europea. Después de un reconfortante baño, realicé todas las labores normales de mi vida cotidiana.
      La siguiente noche, hice el mismo ritual anterior y en la misma forma, volé y me fui a recorrer ciudades, comprendí perfectamente cualquier idioma que oyera, como si en mi mente tuviera a un traductor. Y así, en la misma forma, sucedió en la tercera y cuarta, y todas las demás noches de mi ruta trazada. Fui a Francia, París, Italia, Rusia, Japón, China y muchas ciudades y pueblos de todo el mundo. Sin cansancio por mis fantásticos vuelos, fui amontonando en mi cerebro abundantes experiencias que me dieron mucha sabiduría, y comprendí los  sufrimientos y gozos de la humanidad. 
      Cuando el hombre se cree superior a los demás, porque ha triunfado en alguna empresa, aparecen en él la soberbia, la falta de prudencia y humildad. Así me pasó a mí, y se me despertó una ilusión desmedida, pensé que aprovechando mi forma tan fácil de volar, podría lanzarme al espacio sideral para conocer hasta dónde termina el universo; así que, al llegar la última noche para viajar, de acuerdo a la indicación de mi hada madrina, después de efectuar los ritos acostumbrados, comencé a elevarme y subí, subí y subí, y seguí volando a la velocidad del pensamiento, entre miles y miles de estrellas de nuestra galaxia; en la misma forma me fui acercando a otras enormes nebulosas, pero al ir llegando a ellas, se iban achicando ante mi vista, como si yo fuera un enorme gigante; así fui cruzando el universo, pero no llegaba a su fin, hasta que distinguí un hoyo negro, al acercarme para pasar por él, sentí una descarga eléctrica que me privó del conocimiento, y no supe más de mí, hasta que a gritos por un ataque de nervios y ardiendo en calentura, desperté sobre mi cama. Fui auxiliado por mi madre y mis hermanas que vivían conmigo, y poco a poco fui entrando en calma, pero con una confusión tremenda en mis pensamientos.
      Empecé a platicar mis aventuras, diciendo que yo ya sabía el misterio de la vida, y que conocía a la gente de todo el mundo, y que había convivido con ellos; también sabía hasta dónde termina el universo. Lo decía con tanto énfasis y acaloramiento, que mi familia me apartó de toda actividad, y no me dejaron salir de la casa; por lo que, permanecí encerrado en mi recámara, con los cuidados que se da a una persona demente.
      Yo sabía que no estaba loco, por lo que me puse a reflexionar en los motivos que originaron esta situación, y encontré la solución: llamar a la dama que decía ser "La  Naturaleza" y esencia de la vida. Llegó la noche y salí al balcón, para invocar a esa deidad que me hizo tanto bien y que ahora me castigaba tan severamente. Hice el mismo llamado que se me indicó y con igual devoción que las noches pasadas: "misterio de la vida, ven a mí"; esperé, pero sin ningún resultado; insistí noche tras noche y no recibí respuesta. Estaba muy triste, pero prudentemente y con humildad, regresaba y me acostaba para dormir. Sin embargo, esta vez brinqué de alegría, al llegar a mí ese aroma exótico que embriagaba mi ser; salí corriendo al balcón, y ahí estaba esa divina mujer de aspecto angelical que me dijo: “Te he castigado porque desobedeciste mi advertencia y pecaste, por tu impertinencia, al insultar la sagrada obra de Dios que es: el Universo. Ahora, creo que debo perdonarte, porque fuiste perseverante y aprendiste mucho de la vida, que no tiene ningún misterio, porque es la obra perfecta de Dios. Saca todo el provecho de las experiencias que tuviste en tus viajes, medita y razona con prudencia y humildad, la realidad de la existencia de todo lo que es la obra de Dios como materia y espíritu, y entonces conocerás "el misterio de la vida". No pretendas como Adán, comer el fruto del "Árbol del bien y del mal" que se encuentra en el Paraíso Terrenal, "porque entonces morirás". Es la sentencia de Dios. 
Profr. Eladio Alvarado Ávila

Fui a buscar a Dios


FUI A BUSCAR A DIOS Y… ¡SI, LO ENCONTRÉ!

      ¡Sí, yo quería encontrar a Dios…!, quería verlo… tenía que hablar con él. Lo busqué en mi hogar, en la calle, en la oficina… y hasta me llegué a una iglesia, a donde decían que Él se encontraba, pero no lo vi… no lo vi, no estaba ahí.
      Salí de la ciudad y me fui al campo; llegué a un jardín repleto de flores, ¡cuántos colores! ¡cuánta belleza!; aquí debía estar Dios, pero no estaba ahí.- Allá, algo lejos, había unos árboles, me acerqué a ellos, haber si entre todos ellos encontraba a Dios. Me llamó la atención ver en una rama a un jilguero, entonando un melodioso canto y… tal parece que a gritos me decía: ¡yo soy Dios!; pero no, era simplemente un pájaro.
      Caminé y fui subiendo a una montaña, para estar más cerca del cielo y así poder encontrar a Dios; pero, sólo vi surcar los aires a un esbelto gavilán; y allá, más lejos, a un enclenque zopilote. No había más, y esas aves, no podían ser Dios. – Saltando velozmente entre los matorrales, observé a un conejillo que huía de una serpiente que, retorciéndose sobre la tierra floja, hacía un perfecto zigzag.
      Pero… no puedo distraer más mi tiempo; yo ando buscando a Dios y aquí no lo puedo encontrar. El día ya empieza a acabarse; el sol poco a poco se oculta tras una lejana montaña; las nubes muy cerca del sol, empiezan a ponerse más blancas que lo más blanco; y todavía más cerca del sol, deslumbrantes colores entre un gris que se fue tirando poco a poco a negro, y unos rojos que cegaban la vista por su hermosa brillantez.
      Ante tanta belleza, mis ojos se humedecieron de emoción; y pensé, quizá allá detrás de esa enorme montaña se encuentre Dios; pero, me falta tiempo para llegar a Él. – De allá, del poniente, llegó a mí el céfiro de la tarde y un sutil soplo acarició mi rostro… ¿será acaso un mensaje de Dios? , pero… ¿Él, dónde está?. Levanté la vista al cielo y empezaron a aparecer luceros; muchos, cientos, miles… ¡maravilloso espectáculo! que enjutó mi corazón.
      Y así, regresaba yo a mi hogar, cuando, por lo oscuro de la tarde, de pronto tropecé con una piedra, y al caer, las manos de un anciano me detuvieron diciendo: el Dios que tú buscas te ha acompañado todo el día; porque, Él eres tú y tus buenas acciones; y el anciano siguió su camino.
      Lleno de alegría, comprendí a Dios en el anciano; y me sentí feliz y satisfecho de haber encontrado a Dios.
                                                    Profr. Eladio Alvarado Ávila

Fotos de Puebla antigua

El gobernador Carlos I. Betancourt rindiendo su informe , es el año de 1950.
En el Congreso del Estado, grupo de campesinos en las galerías escuchando al gobernador Carlos I. Betancourt.

martes, 12 de octubre de 2010

ATENTA INVITACION

Por éste medio se han publicado varios artículos culturales, como el que antecede ¿Ha leído usted alguno de ellos? ¿Le han gustado? ¿por qué no coopera usted a difundir cultura?. Es muy fácil; nada más me hace el favor de enviarme el correo electrónico de la persona, amiga o familiar, y "El expediente" le llegará, para satisfacción de usted.
Le invito a que me haga ese favor. No seré yo, sino Dios, quien se lo agradezca. Recibo correspondencia por teléfono, fax, celular, correo, etc. y más aún , personalmente en el Museo Periodístico, en 8 oriente 216.-- Gracias
Profr. Eladio Alvarado Ávila

Pensamos con el espiritu, no con la materia


Dios es Pensamiento. Leemos en el primer libro, de Moisés: “Y dijo Dios: Sea la luz... Y dijo Dios: Haya expansión... Y dijo Dios: Júntense las aguas... etc.
      Ahora bien, Dios hizo todo “pensando”; cosa por cosa la fue pensando antes de hacerla. Luego entonces, Dios es Pensamiento. A nosotros nos hizo a su semejanza, así que nosotros también somos pensamiento; y, “pensamiento”  es espíritu, es Cuerpo Astral.
      Comprendamos bien lo que es nuestro Cuerpo Astral y nuestro Cuerpo Físico. El cuerpo Astral no se podría manifestar, si no tuviera su Cuerpo Físico. Así mismo, Dios, tuvo que hacer con su “Pensamiento”, el cuerpo físico del Universo. Sin lo material, lo espiritual no se conocería, y no tendría ningún valor. Todo lo que es materia tiene “Pensamiento”; fue necesario pensarse para poderse hacer. Lo que no se piensa no se hace. Dios hizo el Universo pensando.
      Todo tiene "Materia y Espíritu"; Cuerpo Físico y Cuerpo Astral. Eso es el hombre mientras vive; cuando muere, es únicamente espíritu; esencia divina que vibra eternamente. El cuerpo físico puede, para que lo comprendamos mejor, compararse con un automóvil; y, el cuerpo astral, con el que lo maneja. Cuando una persona compra un coche, entra dentro de él y lo maneja a su voluntad; el coche está nuevo y no causa dificultad, así como el cuerpo fuerte de un joven; pero, pasando el tiempo el coche empieza a descomponerse, como pasa con el cuerpo de una persona, y requieren, el primero de un mecánico, y el segundo de un médico. Así siguen hasta que inútil el coche pasa al “deshuesadero”, y el cuerpo humano pasa al panteón. El que manejaba el coche lo abandona hasta que se compra uno nuevo. Así pasa con nosotros, el auto viejo es nuestro cuerpo ya gastado; y nuestro cuerpo astral, espíritu o pensamiento, el que lo maneja, así como a un coche lo mueve un pensamiento.
       Para terminar con esta semejanza, agregaré que, cuando el coche se encuentra en el garaje o estacionamiento, es como cuando nuestro cuerpo está durmiendo. El coche está inmóvil como nuestro cuerpo, pero el chofer sigue activo, igual como cuando nosotros estamos soñando, pues no estando dentro del “coche”, tenemos más libertad para movernos y ejercer diferentes actividades.
      Espero que esta comparación sirva para que las personas mayores de edad, comprendamos lo que es nuestro cuerpo astral o espíritu. Si nuestro cuerpo ya está viejo y ya no sirve, no le tengamos tanto  amor .Ya nos sirvió y nos dio muchas satisfacciones; con toda resignación debemos abandonarlo; salgamos de él y quedemos libres para iniciar una nueva vida espiritual sin el estorbo de nuestra “carcacha vieja”.
Profr. Eladio Alvarado Ávila

Apocalipsis


La evolución de la humanidad, desde que Dios hizo el mundo, ha requerido de etapas de transición para ir adquiriendo experiencias de perfeccionamiento. Desde la edad   cavernaria, el hombre ha luchado por subsistir soportando, hasta la fecha, varios ciclos de movimientos telúricos que por su magnitud, pueden llamarse apocalípticos. Tanto material, como espiritualmente, el progreso de la humanidad se ha ido perfeccionando porque esa ha sido la voluntad de Dios. Nada, que no sea necesario para el hombre, se ha efectuado, si no ha sido por voluntad divina. Todo es perfecto; todo es obra de Dios. Actualmente estamos llegando a otra etapa de transición. La misma naturaleza nos lo demuestra: antes de purificarse la capa terrestre y de darle fuerza y limpiar el ambiente, se desata una tempestad con rayos, truenos, fuertes ventarrones y mucha agua.
      Lo mismo está pasando con el ser humano: ha desaparecido el amor entre semejantes; la depravación del sexo entre hombres y mujeres es exagerada; violaciones continuas sin importar edades; degeneración absoluta, drogas al por mayor, borrachos, afeminados, drogadictos, terroristas, asesinos, ladrones, autoridades corruptas…  en fin, toda clase de pecados e injusticias. Todo mundo sólo ambiciona riqueza. Vana superioridad. Todos los vicios están absorbiendo a  la humanidad y muchas calamidades se están presentando en el mundo.
      Ya no hay amor espiritual en la mayor parte de la gente, sino perversidad. Pero, como dicen los dichos populares que encierran mucha sabiduría: no hay mal que por bien no venga y "tras la tempestad viene la calma".
      El mundo entero está sufriendo esta etapa apocalíptica que reveló Jesús al apóstol San Juan. Y, ahora, tal parece que Jesucristo ya está entre nosotros, ya regresó, como Él lo predijo; pero, no está en materia, sino espiritualmente. Poco a poco los malos se están volviendo más malos, para desaparecer; y los buenos se están purificando para hacer las nuevas generaciones que deberán regir a la futura humanidad.
      El espíritu ya empieza a dominar a la materia. El hombre se está debilitando; en la “edad de piedra” el hombre era fuerte e imponente; ahora, varios jóvenes se están volviendo débiles y afeminados. La depravación sexual, el consumo abundante de drogas, el terrorismo espantoso, el atesoramiento de riquezas, la injusticia a los débiles, etc. etc… Toda clase de maldades y defectos, deben crecer para que se derroten a sí mismos.
      ¡Más guerras, más armas, más vicios, más depravación, más egoísmos, más ambición por la riqueza material!. Más, más de todo lo malo que el mismo hombre produce y acepta, eso es lo que tendrá que terminar con lo malo… y al fin, lo bueno se impondrá espiritualmente, para que el hombre y la mujer se conviertan en un solo ser purificado, y regresen al Paraíso Terrenal, en donde Dios los está esperando. 
Profr. Eladio Alvarado Ávila

Fotos de Puebla antigua

Comida ofrecida por el Gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara, a los periodistas. Año 1980

Capilla de Dolores y río de San Francisco, hoy Boulevard 5 de mayo.

PROYECTO DEL MONUMENTO DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA



 
(Columna de la Independencia (el Ángel), que se encuentra en la Av. Reforma de la ciudad de México).

      Con motivo de la celebración de la Independencia Mexicana, publico el siguiente artículo, tomado del “Museo Periodístico” de El Heraldo de Puebla; en el cual, pueden ser consultados este y otros artículos de gran interés, en  8 oriente 216.

      Reproduzco en forma extractada, el texto en el Calendario de José Mariano Lara en año de 1844, con motivo del “Proyecto del Monumento de la Independencia Mexicana”.
      Este proyecto fue presentado a la Academia de Bellas Artes por el capitán de ingenieros, don Lorenzo Hidalgo, en cumplimiento del programa publicado en 7 de julio de 1843 y aprobado por el supremo Decreto de 23 de agosto.

DESCRIPC IÓN

      “Si en honor de hombres ilustres, que por su sabiduría, sus esfuerzos y su valor, han hacho servicios notables a su patria, se consagran estatuas, columnas honoríficas y arcos de triunfo. ¿Qué monumento deberá corresponder para perpetuar la memoria de un suceso como la Independencia y la libertad de una nación grande, a cuyo logro han contribuido tantos hombres ilustres con su sabiduría, su constancia, y con cuantas virtudes es capaz de inspirar la nobleza de un objetivo tan precioso?
      “Debe ser un monumento grandioso…”
      “se hallará situado este monumento en el centro de la plaza, en la intersección del eje que pasa por el medio de la fachada del Palacio Nacional y del que pasa por el centro de la catedral; en el eje paralelo al Palacio estarán colocadas dos fuentes, la una de prosperidad y la otra de abundancia. Pa fachada del Palacio actual, que no correspondería al embellecimiento indicado sino que lo destruiría en gran parte, la supongo también variada.
      “El monumento, objetivo preferente del concurso, se compone de dos partes principales, que son: Una, la galería o panteón donde deben colocarse los bustos o los restos, si es posible, de los héroes de la patria y las inscripciones que indiquen sus hechos de armas…” (sigue una descripción de todo el contenido de la columna).
     “La segunda parte del monumento se eleva sobre un basamento cuya planta, en la parte superior del primero, un espacio que forma la tribuna desde la cual se pueden leer o pronunciar los discursos y oraciones cívicas en los días de aniversario y fiestas nacionales. Este basamento tiene su planta cuadrada: en los cuatro ángulos existen cuatro pedestales que sirven de contrafuertes materiales, y al mismo tiempo sostienen cuatro estatuas colosales que representan la Justicia, la Ley, la fuerza y la Vigilancia que son el sostén moral de la gran Columna de la Independencia. En los cuatro frentes del basamento van las inscripciones análogas al monumento. En los cuatro frentes hay bajos relieves de bronce que representan el “Grito de Iguala”, el de “Dolores”, “La Entrada del Ejército Trigarante” y “La Batalla de Tampico”…
      “En fin, sobre el remate terminado en semiesfera se apoya el genio de la Independencia y Libertad Mexicana, objeto principal a que se dedica el monumento conforme con el programa publicado por el supremo Gobierno y la Academia de Bellas Artes de San Carlos.”

      Comentó y transcribió Profr. Eladio Alvarado Ávila.

sábado, 9 de octubre de 2010

Puebla antigua

Fotos tomadas en los periodicos "Nueva Era", año 1983. Y en "El Heraldo de Puebla" desde 1993 a 2000
Antigua Plaza de Toros demolida en el siglo pasado.
Gobernador Rafael Avila Camacho con su gabinete

Se está quemando el cosmos


SE  ESTÁ  QUEMANDO  EL  COSMOS
NUESTRO  MUNDO  ES  UNA  LÁGRIMA  DE  DIOS

      Dice el génesis de la Biblia católica, que al principio Dios creó el cielo y la tierra; que todo estaba en tinieblas. Y que entonces dijo Dios: hágase la luz y la luz se hizo.
      Y vio Dios que la bóveda celeste era una esfera de longitud indefinida, repleta de toda la nada. Era el caos sobre la faz del abismo. Era el silencio absoluto, sin tiempos, sin distancia y sin tamaño.
       Y dijo Dios: que se llene el cosmos de vida y movimiento. Que se formen las galaxias llenas de estrellas, y que se hagan los sistemas planetarios.

      La voluntad de Dios se cumplió. Y así, corrieron los tiempos, los tiempos de todos los tiempos.

      Y entonces dijo Dios: que todo lo que es materia tenga un principio y un fin. Pero que nunca se acabe el alma que da la vida, y para que esto suceda, inventó la evolución. Que la evolución progrese para que se limpie el cosmos y en su lugar aparezca un cielo limpio diáfano y transparente como el cristal, y que en él también se implante, una esencia espiritual y un sentimiento de amor
.
      Y así, el espíritu de Dios, cubrirá la bóveda celeste. Y esa esfera, de longitud infinita, quedará repleta con toda el alma de Dios.

      Y entonces dijo Dios: ¡Que todo el orbe se agite y empiece su transformación!. Y empezó a quemarse el cosmos, y se hicieron enormes luminarias, y poco a poco  los cielos se cubrieron de cenizas. Se quemaron las galaxias y explotaron las estrellas.
      El fuego de nuestro sol está ardiendo todavía y calentando la Tierra. Pero, los planetas ya están muertos; la luna ya no tiene vida, es pura ceniza y tiende a desintegrarse
.
      Y viendo Dios con tristeza que todo se terminaba, porque así lo había ordenado, Brotó una lágrima de se rostro, y así se formó este mundo, que ahora se llama Tierra.

      Y esa lágrima de Dios que encierran todos los mares, contienen la sal divina, símbolo de su sabiduría.
      Y entonces dijo Dios: que este mundo tenga vida, porque salió de mi Ser, y para que no se acabe depositaré el él al ser humano, a imagen y semejanza mía. Entonces, con gran amor formó el Edén en la Tierra, y con su soplo divino hizo a los seres humanos, al hombre y a la mujer. Y también, en consecuencia, a todos los animales, reptiles y fieras según su especie.
      Para la supervivencia, habrá mucha vegetación con hierbas que den semillas  para su alimentación. Varios árboles frutales, lagos y manantiales. Y para que sean felices, en los campos habrá flores con aromas y varios colores. Habrá en este hermoso Edén, aves de distinta especie y pajaritos cantores que les darán alegría. Con todo lo antes dicho, esto será para ustedes, según lo dirá la Biblia: el Paraíso Terrenal.

      Y así, amigo lector, ya conociste el motivo que dio origen a formarse, este mundo en que habitamos. Es la lágrima de Dios; y fue su soplo divino con el que nos dio la vida. Y como herencia nos deja, la ley que en ella nos dice, que sólo debe existir ¡amor entre semejantes!.

                                                                  Profr. Eladio Alvarado Ávila