Reflexión y razonamiento
Filosóficamente, hay reflexiones muy difíciles de entender, como las siguientes. ¿En dónde estaba yo (mi espíritu), antes de venir a este mundo? ¿Qué es de todas las almas que han existido en este mundo; y todas las que faltan?. Estas preguntas y muchas más, las religiones las resuelven fácilmente, y dicen que el que no crea en sus preceptos, está condenado. ¿Quién tiene la verdad? La verdad somos todos, Y estamos en este mundo porque somos espíritus emanados de una fuente universal, regida por una voluntad divina llamada Dios. Entonces, debemos reflexionar que debemos hace r todo lo mejor en la vida, para beneficio propio y el de nuestros semejantes. Vamos a morir y ¿qué nos llevamos? Únicamente el recuerdo de nuestros actos, para ser juzgados por “nuestra conciencia”
Reflexionemos sobre estos y otros razonamientos; y si la verdad no la sabemos; por lo menos no demos cabida a las mentiras. La mentira abunda en la vida cotidiana: en la familia, en las amistades, en el comercio… en casi todas partes. Para que tú aprendas a no decir mentiras y atraer las verdades, haz el siguiente ejercicio: apunta en un papel diariamente, las mentiras que puedas haber pronunciado; y, a fin de semana, reflexiona si era indispensable haberlas dicho. Poco a poco te convencerás que las mentiras perjudican, moral, física y espiritualmente. ¡No digas mentiras; reflexiona y razona!.
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