TODO ES COMPENSACIÓN
Cuando era yo un chamaco, recuerdo que alguien decía, que un filósofo es el hombre que se sienta en el quicio de una puerta, para contemplar la lluvia. Viendo, las figuras que se forman, cuando las gotas caen sobre los charcos de agua. Y yo pensaba, qué fácil y qué entretenido es ser filósofo. Y siempre que tenía la oportunidad de ver llover, me sentaba a “filosofar”, y en mis pensamientos de niño decía: ya sé lo que piensa un filósofo, aunque yo no lo sea.
Corrió la vida y me hice adulto, y esas gotas de agua que yo veía, también crecieron y se convirtieron en seres humanos; ellos y yo, nos unimos y nos volvimos iguales. ¡Cuánta sabiduría hay en la ingenuidad de un niño, que contempla la sutil pureza de una gota de agua, y cuánta diferencia en la vanidad de los hombres que suponen dominar al mundo!
Yo pienso que la obra de Dios es tan perfecta, que no podía altar el mal para confirmar su grandeza. En todo lo que existe hay la dualidad, y esa dualidad hace ser a la unidad. La una y la otra, son dos fuerzas que hacen existir al universo. Sin el mal el bien no existiría. Dios mismo se vale del diablo para demostrar su sabiduría. El bien y el mal; la luz y la oscuridad; lo infinitamente grande, y lo infinitamente pequeño; en todo hay la dualidad.
Todo lo que vemos tiene la mitad visible y la otra mitad invisible, viéndose de frente. Nosotros mismos, estamos compuestos de dos mitades, la de la izquierda y la de la derecha. Todo es mentira y es verdad a la vez. En fin, que todo está compuesto de dos mitades: vida y muerte. La perfección es el equilibrio de las dos partes. Karma es la descomposición y desequilibrio de las partes, y la Ley Suprema de Compensación, es la que lucha por hacer perfecta esa dualidad. Dos fuerzas distintas pero con la misma potencia para unificarse. Una fuerza negativa y una positiva hacen la luz eléctrica.
El Karma no existe en la Esfera. La Esfera es el único cuerpo perfecto, en ella, no hay compensación. Las estrellas y los «mundos» que cubren la esfera celeste y la esfera del átomo, no tienen fin ni principio, ni para adentro ni para afuera. La esfera es lo único perfecto que abarca todo lo que es y lo que no es; nosotros los humanos, por no comprenderlo, le hemos puesto el nombre de “Ley de compensación”
Prof.. Eladio Alvarado Ávila.
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