El Ateneo del espíritu está formado por un grupo de estudiantes de filosofía espiritual, que tienen comunicación mental con seres desencarnados. Este grupo fue fundado por el sabio Juan Albán y el maestro Pedro Ávila; y tuvo su origen cuando en sus pláticas teosóficas, comentaban sobre tantas teorías que hay en la transición del ser humano, cuando el espíritu se libera de la materia a la hora de la muerte.
Con tales inquietudes se propusieron investigar, hasta donde no se ha hecho, ya que ni la religión, ni estudios científicos han dado una razón lógica que sea aceptada. Juanito le dijo a su amigo Pedro: hermano, además de estar ya viejo, me siento muy enfermo y sé que ya pronto me iré de este mundo; y, como nos hemos propuesto investigar nuestra teoría de que se "vive" después de la muerte, cuando yo me vaya, lucharé tenazmente en comunicarme contigo, para que nuestro propósito de investigación espiritual se haga efectivo.
Aunque posteriormente tuvieron pláticas de aspecto filosófico, no fue sino hasta pasados muchos meses, en que Juanito se agravó, y unos días antes de morir, le dijo a Pedro: recuerda bien lo que te prometí, nos comunicaremos después de mi muerte.
Así siguió corriendo el tiempo; días, meses y hasta un año, por lo que Pedro se convenció que habían fracasado en su intento, y que con la muerte se acaba todo. Pero, un día en que se encontraba en su laboratorio de fotografía, totalmente a obscuras revelando una película, pensó; este silencio y esta oscuridad, me hace recordar a Juanito, porque se asemeja al silencio de la tumba. Y sucedió lo inesperado, la luz del foco se prendió y se apagó instantáneamente, tan rápido fue, que no afectó a la película. Su sobresalto le hizo sentir un escalofrío y emoción muy agradable: "Juanito se había comunicado con él", pero, desconfiado, empezó a investigar y descubrió que el foco estaba flojo y que con la más leve vibración podía prenderse, por lo que dudó de la comunicación con su amigo Juan.
Olvidó el incidente, pero a los tres días, soñó a Juanito que le decía: "tú bien sabes que, materialmente, es imposible que me comunique contigo; sin embargo, ya logré darte una prueba, el foco lo prendí yo, pero no podré volverlo a hacer; tú tienes que pensar en mí, y con el pensamiento únicamente podremos estar en contacto. Pon una silla frente a ti, y visualízame; mientras no logres verme mentalmente, no podremos platicar”. Este sueño le pareció como todos, una fantasía de las tantas que soñamos noche a noche; sin embargo, pensó, nada pierdo con intentarlo, aunque por pura sugestión me imagine que estamos platicando. Y así fue como, Juanito, le dijo en un contacto mental: "ya logramos la verdadera comunicación de los vivos con los muertos; tú y yo, ya estamos platicando y así, lo podrás seguir haciendo con los demás seres desencarnados, que yo he reunido para formar un centro de estudios que llevará el nombre de Ateneo del Espíritu".
Juanito y Pedro, ya no dejaron ni un día en estarse platicando de pensamiento a pensamiento, o lo que es lo mismo: de espíritu a espíritu.
Ahora sí ya sabemos, qué pasa después de la muerte; pues, esta fue la primera lección que recibió Pedro, de los seres que componen el Ateneo del Espíritu. Una tenue silueta, ocupando el asiento en donde Pedro veía a Juanito, con el pensamiento, le dijo lo siguiente: "El ser humano está compuesto de cuerpo material y cuerpo espiritual; en cada uno de los átomos que lo componen hay dualidad, uno se puede ver, pero el otro es invisible; y así, los muchos millones de átomos que forman el cuerpo; por lo mismo, al estar Íntimamente unidos, el cuerpo físico se puede ver, pero el espiritual es invisible. Cuando se “muere”, los átomos visibles, por ser materia, pierden su movimiento, pero los invisibles siguen recibiendo órdenes del espíritu y por tanto, se sigue “existiendo” pero sin requerir de las necesidades materiales.”
Para el cuerpo espiritual, empieza una nueva vida, y sus sentidos son otros; por lo que, puede entrar en contacto con espíritus desencarnados, sin que entre ellos haya habido lazos familiares, sino que actúan como guías, para encausarlo en sus nuevas necesidades. Los cinco sentidos del cuerpo material, se pierden, y despiertan nuevas sensaciones carentes de egoísmos y codicias; no hay dolor alguno y se incrementan los sentimientos de un amor puro y desinteresado para todos los seres.”
Así como en el mundo material, así sucede en el espiritual: se “nace” y hay leyes, hay autoridades y hay obligaciones; y así como es la evolución de los humanos, así mismo se evoluciona en el mundo espiritual. Todos los seres desencarnados prosiguen su evolución, bajo otras normas de conducta, que son vigiladas por espíritus muy evolucionados.”
Esta enseñanza le fue transmitida a Pedro mentalmente, en el Ateneo del Espíritu, para orientación del ser humano, sobre lo que es la vida espiritual, después de la muerte material.
Juanito fundó este Centro de Estudios en el mundo espiritual, y ya trabajan varios seres invisibles, que están buscando que los humanos comprendan, que el cuerpo espiritual es lo único que tiene valor, y que el cuerpo material es el complemento para la evolución de la humanidad en el mundo.
¡No hay que temerle a la muerte!, ya que ella nos libera de esta prisión material, que por culpa del cuerpo físico, nos incita a cometer los pecados terrenales. Al morir el ser humano sigue siendo el mismo, nada más que invisible y sin las facultades de los cinco sentidos, y por ello, no sufre por la separación del cuerpo material. El cuerpo espiritual nunca se acaba, sino que se purifica al contacto de mentes superiores que rigen al universo por mandato divino.
Amable lector, que te enteraste de esta narración, si quieres conocer la esencia de tu cuerpo espiritual, Pedro te invita a que te comuniques con Juanito, e ingreses, en vida, al científico Ateneo del Espíritu. Sigue la enseñanza que Pedro recibió de ese maestro espiritual.
Prof.. Eladio Alvarado Ávila