Al tener ya 12 años, mis papás me llevaron a la sastrería de mi padrino de confirmación Joaquín Galindo, el mejor sastre de Tehuacán en esas fechas y aceptó que yo aprendiera ese oficio ya que podría ser mi porvenir pues es un trabajo decente, fácil y muy lucrativo.
Esta permanencia de cerca de un año en la sastrería, siguió perjudicando a mi ego, ya que fui objeto de vejaciones y maltrato de parte de los cuatro oficiales que había. Se acostumbraban unas grandes planchas de carbón encendido adentro y para calentarlas me ponía yo en la orilla de la banqueta y les daba aire, para avivar el fuego, campaneándolas de izquierda a derecha a todo lo que daba mi brazo; como no había electricidad, esta fue mi principal tarea de todos los días. Los sábados me pasaba la mañana y la tarde, entregando los trajes planchados a sus dueños por las distintas partes de la ciudad; y como debía llevar el brazo extendido con el pantalón, el chaleco y el saco para que no se arrugaran, terminaba con mis extremidades muy cansadas. Mi único aliciente era recibir una que otra propina de 5 ó 10 centavos en cada entrega, y los 30 centavos a la semana que me daba mi padrino.
Los sastres me hacían muchas maldades y se burlaban de mí, por ejemplo, estando rapado de la cabeza, me daban leves cepillazos con las cerdas que me producían fuerte ardor y como me quejaba, más me lo hacían; una vez, estando haciendo un traje para niño, me dijeron que iba a ser una sorpresa de mi padrino para regalármelo y hasta me lo probaban, casi lloré cuando llegó un señor con su hijo y se llevó el traje; todo esto y otras cosas más, era un juego normal de los oficiales, según decían ellos y aún mi padrino. Sufriendo prudentemente estas vejaciones pasé un año completo y aprendí a coser en máquina, a zurcir, hilvanar, pegar botones, hacer ojales y planchar; hacer ojales a sacos , chalecos y pantalones, era un trabajo molesto a los oficiales; así que me daban ese duro trabajo a mí, diciéndome; "qué bonitos ojales haces" y solo era para que yo me sintiera importante. Los centavos que ganaba, mi mamá me los guardaba, y cuando tenía 12 pesos ahorrados, hubo necesidad de hacer un gasto familiar y me quedé sin mi capitalito.
Creo que poco a poco se fue haciendo fuerte mi carácter, ya que, desobedeciendo órdenes de los sastres y aún de mi papá; me llamó la atención un negocio de fotografía de un local cercano a la sastrería; y haciendo amistad con el Señor Ávila, el dueño me aceptó y aprendí a usar la cámara de tripié, a cargar chasises y a revelar preparando las sustancias. Empecé a ser muy inquieto, también cerca de ahí, estaba la imprenta del Señor Luis Castillo que editaba el periódico "La Escoba" de Tehuacán, cuyo director era el señor Sabino Méndez, y más tarde; Leodegario Toscano, hice buena amistad con Manuel Águila y demás personal del taller y entraba a ver la formación e impresión del periódico y conocí a los reporteros, quienes me dijeron que si quería ser periodista tenía que empezar por ser voceador, así que, a disgusto de mi papá, me fui a vender La Escoba y además El Regional y el Iris, que eran los medios de comunicación de entonces. Conservo esos ejemplares de "La Escoba", de 1933, de los que yo vendía.
En el lapso de año y medio, mas o menos, aprendí algo de sastrería; algo de fotografía y algo de "periodista". En la Avenida Reforma 104, 106 y 108 estaban estos negocios; uno de los sastres se llamó Regino Ortega.
Una anécdota chistosa de esa época: había una casa de vecindad, en el espacio que hoy ocupa el Hotel Reforma; y los muchachos de entonces nos reuníamos a veces para oír a Cri Cri en el único radio de un vecino. Una vez hicimos una especie de Teatro y actuábamos como artistas; me tocó a mí vestirme de diablo y mi actuación consistía en salir a escena corriendo y decir: ¡Ay!....que me llevo las almas al purgatorio", pero mis nervios me traicionaron y dije: "...que me llevo las almas al manicomio", dio motivo a que todo mundo se riera a mandíbula abierta, y yo, sin darme cuenta de mi error, corrí espantado sin saber que ocurría.
Literatura y fotografía.
Director: Profr. Eladio Alvarado Ávila.
Tel. 235 26 56, Cel. 044 22 25 23 31 46
E-mail: expedi_alvaa@hotmail.com
http://el-expediente-de-puebla.blogspot.com
Puebla, Pue. México.
miércoles, 29 de octubre de 2014
viernes, 17 de octubre de 2014
1928-1932.- CONTRA LA TRISTEZA, CURACIÓN SATÁNICA
Llegué a la edad de 8 años, en Santiago Miahuatlán, lugar donde mi papá tenía sus negocios de barrotes y un salón para exhibir películas mudas que eran la novedad en ese tiempo.
Fue hasta entonces que tanto, mi hermano de 11 años, como yo, fumos enviados a Orizaba como internos al colegio de mi tío Melitón, para cursar yo el primer año y mi hermano el segundo pues ya había estudiado en el pueblo.
La distancia entre Tehuacán y Orizaba yendo por tren y trasbordar en Esperanza, fue para mí a esa corta edad, una separación absoluta de mis papás; mi sensibilidad espiritual se afectó de tal modo que enfermé de alergias y tristeza, por lo que me regresaron a Tehuacán, después de un año de estudios; pero no obstante, siguió mi melancolía a la que la gente llamaba "tiricia" que mas bien viene siendo la ictericia, pero por ignorancia decían que se curaba viendo pétalos de rosa agitados en una palangana con agua; al no dar resultado, se dijo que estaba "espantado", y me curaría con otro susto, pero este más me afectó; resulta que al entrar a una pieza, alguien escondido me roció la cara con jerez al tiempo que gritaba ¡Eladio! ¡Eladio! e inmediatamente me cubrieron la cabeza con una toalla, así llorando de la impresión, se suponía que quedaba yo curado, pero fue todo lo contrario, pues lógicamente, seguía peor.
Con el deseo que me curara, mi mamá convenció a mi papá para que me llevara a Orizaba, pues decían que allá había una señora que curaba esas enfermedades que era del espíritu y n del cuerpo. No obstante mis 8 o 9 años, recuerdo perfectamente la casa a donde fuimos a ver a esa señora que ejercía la brujería. Me llevó a un sótano y me acostó en una plancha de piedra sobre una sábana, pero con el pecho y la espalda descubiertos; arriba de mí, en forma circular como de dos metros de diámetro se veía el cielo que en esa ocasión estaba limpio; ella vestía una bata muy holgada que le llegaba a los pies; parada a un lado mío empezó a orar, a veces muy quedo y otras casia gritos; no recuerdo que decía pero repetía mi nombre pidiendo por mí; después de eso tomó una paloma blanca y siguió orando levantándola entre sus manos al cielo; acto seguido tomó un cuchillo y se lo clavó en el corazón al animal, escurriendo su sangre caliente sobre mi pecho; yo lloraba, pero mi mamá me detenía para que no me moviera; ya moribunda la paloma la acabó de abrir por la mitad y me la colocó en el pecho con las alas extendidas sobre mis costillas y luego me vendó dejando la paloma sobre mi tórax.
No sé cuanto habrá cobrado la bruja por este "sacrificio", pero yo tuve que soportar 3 días de martirio por tener esa "curación" sobre mi cuerpo hasta que casi seca la paloma, la quemaron.
Yo creo que el miedo de seguir recibiendo esa clase de curaciones , me hizo esforzarme por "no estar triste". Y en Tehuacán ingresé a la Escuela Agrícola Industrial, pero aunque continué estudiando, mi estancia ahí fue sacrificio: era para mí tenebroso llegar a la hora del recreo, pues el día que nos tocaba natación, el profesor nos botaba al centro de la alberca para manotear y aprender a nadar; otro deporte que afortunadamente duró solo un día, fue el box ya que al ponerme los guantes para empezar la pelea, mi contrincante me dio el primer golpe en el pecho y fue suficiente para que yo soltara a llorar ante la carcajada de todos. Sin embargo terminé el segundo año de estudios, pero ya a la edad de 12 años, me daba pena estar entre niños mucho menores que yo, y ansiaba que esta situación terminara de cualquier modo, por lo que me encapriché casi llorando a no regresar a la escuela.
Fue hasta entonces que tanto, mi hermano de 11 años, como yo, fumos enviados a Orizaba como internos al colegio de mi tío Melitón, para cursar yo el primer año y mi hermano el segundo pues ya había estudiado en el pueblo.
La distancia entre Tehuacán y Orizaba yendo por tren y trasbordar en Esperanza, fue para mí a esa corta edad, una separación absoluta de mis papás; mi sensibilidad espiritual se afectó de tal modo que enfermé de alergias y tristeza, por lo que me regresaron a Tehuacán, después de un año de estudios; pero no obstante, siguió mi melancolía a la que la gente llamaba "tiricia" que mas bien viene siendo la ictericia, pero por ignorancia decían que se curaba viendo pétalos de rosa agitados en una palangana con agua; al no dar resultado, se dijo que estaba "espantado", y me curaría con otro susto, pero este más me afectó; resulta que al entrar a una pieza, alguien escondido me roció la cara con jerez al tiempo que gritaba ¡Eladio! ¡Eladio! e inmediatamente me cubrieron la cabeza con una toalla, así llorando de la impresión, se suponía que quedaba yo curado, pero fue todo lo contrario, pues lógicamente, seguía peor.
Con el deseo que me curara, mi mamá convenció a mi papá para que me llevara a Orizaba, pues decían que allá había una señora que curaba esas enfermedades que era del espíritu y n del cuerpo. No obstante mis 8 o 9 años, recuerdo perfectamente la casa a donde fuimos a ver a esa señora que ejercía la brujería. Me llevó a un sótano y me acostó en una plancha de piedra sobre una sábana, pero con el pecho y la espalda descubiertos; arriba de mí, en forma circular como de dos metros de diámetro se veía el cielo que en esa ocasión estaba limpio; ella vestía una bata muy holgada que le llegaba a los pies; parada a un lado mío empezó a orar, a veces muy quedo y otras casia gritos; no recuerdo que decía pero repetía mi nombre pidiendo por mí; después de eso tomó una paloma blanca y siguió orando levantándola entre sus manos al cielo; acto seguido tomó un cuchillo y se lo clavó en el corazón al animal, escurriendo su sangre caliente sobre mi pecho; yo lloraba, pero mi mamá me detenía para que no me moviera; ya moribunda la paloma la acabó de abrir por la mitad y me la colocó en el pecho con las alas extendidas sobre mis costillas y luego me vendó dejando la paloma sobre mi tórax.
No sé cuanto habrá cobrado la bruja por este "sacrificio", pero yo tuve que soportar 3 días de martirio por tener esa "curación" sobre mi cuerpo hasta que casi seca la paloma, la quemaron.
Yo creo que el miedo de seguir recibiendo esa clase de curaciones , me hizo esforzarme por "no estar triste". Y en Tehuacán ingresé a la Escuela Agrícola Industrial, pero aunque continué estudiando, mi estancia ahí fue sacrificio: era para mí tenebroso llegar a la hora del recreo, pues el día que nos tocaba natación, el profesor nos botaba al centro de la alberca para manotear y aprender a nadar; otro deporte que afortunadamente duró solo un día, fue el box ya que al ponerme los guantes para empezar la pelea, mi contrincante me dio el primer golpe en el pecho y fue suficiente para que yo soltara a llorar ante la carcajada de todos. Sin embargo terminé el segundo año de estudios, pero ya a la edad de 12 años, me daba pena estar entre niños mucho menores que yo, y ansiaba que esta situación terminara de cualquier modo, por lo que me encapriché casi llorando a no regresar a la escuela.
miércoles, 1 de octubre de 2014
Hipótesis para conocer a Dios
Dios
es, y está, en el aire que respiramos.
Sin
el aire no hay vida. La vida la da Dios cuando respiramos.
La
respiración es aire, es vida, es Dios y es como el amor:
los
sentimos, pero no los vemos.
A
Dios no lo vemos, porque es una fuerza Divina que va en nuestro corazón,
y
que es el que nos hace tener vida.
Los tres
reinos de la naturaleza: El reino animal, el reino vegetal y el reino mineral;
requieren, forzosamente, de la atmósfera que cubre al mundo (el aire). Y, de
los cuatro elementos que se encierran en la naturaleza, para que haya vida:
aire, tierra, agua y fuego.
El aire es
el soplo Divino con el que Dios le vida al ser humano y al mundo. Al nacer,
Dios nos da la vida material, en la primera respiración. Y al morir, Dios nos
regresa a la vida espiritual, con la última respiración. Porque, Dios es el
aire espiritual, y sin el aire, no hay vida material.
Científicamente, el aire es un fluido que forma la atmósfera de la
Tierra. Es una mezcla gaseosa que se compone de oxígeno, nitrógeno y argón;
éste, es uno de los gases raros del
aire que fue descubierto el año de 1806.
Y,
finalmente, según mi hipótesis, el aire espiritualmente, es un fluido Divino
emanado de Dios, para darle vida al ser humano y al mundo. Porque, Dios es el
Aire, la Vida y el Amor.
Profr. Eladio Alvarado Ávila
D
I O S
A I
R E
V I
D A
A M
O R
viernes, 19 de septiembre de 2014
CARTA A DIOS
Señor, anoche estuve platicando contigo,
y dentro de esa plenitud espiritual entre Tu y yo, te pedí que esta mañana me
inspiraras para escribirte esta carta, encerrando en ella pensamientos que
hagan reflexionar a quienes la lean.
Quiero hablarte con sencillez, sin frases
seleccionadas como lo hacen los grandes escritores, y quiero ser tan franco
contigo, que quizá se me juzgue de blasfemo.
Ya que por tu sabia voluntad, a algunos
nos hiciste ignorantes, permíteme exponer mis pensamientos de reflexión, ante
la situación que estamos viviendo actualmente en el mundo. No quiero ser
pesimista, pero tampoco caer en un falso optimismo, cuando estamos viendo las
consecuencias de nuestra falta de evolución espiritual.
Entiendo que ya estamos en el inicio de
la sagrada profecía del Apocalipsis, pues aunque en todas las épocas de crisis
mundiales, la humanidad ha superado las calamidades, en la época actual, el
relajamiento moral, el amor y el respeto a Ti, ha degenerado en tal forma, que
ni siquiera se puede comparar a la que vivieron los habitantes de Sodoma y
Gomorra, que Tu destruiste por perversos.
La situación actual en el mundo es
caótica: guerras desbordantes de odio, codicia por las riquezas materiales,
exagerada degeneración sexual, incontenible adicción a las drogas y vicios en
general; egoísmos, codicia, envidias, ambición por el poder, falsa popularidad,
mentiras, mentiras y solo mentiras.
La materialización ha llegado a lo
máximo, nada más se piensa en el mundo material, casi todos nos hemos olvidado
de Ti; y hay muchos, que te nombran solo por costumbre y por hipócritas; se
acuerdan de lo espiritual pero únicamente de nombre, porque en sus acciones, ni
te respetan a Ti, ni saben que tienen un espíritu que es el los hace vivir, con
la esperanza de que escuchen el llamado de nuestro señor Jesucristo.
“Serán muchos los llamados y pocos los
escogidos”… ya se están cumpliendo estas sentencias divinas. Nuestro señor
Jesucristo, ya está en el mundo, pero no materialmente, como cuando lo enviaste
para que viniera a redimirnos. El dijo que regresaría, y ya está aquí, pero en
espíritu; su presencia la sienten solo los buenos, los de alma pura, los
humildes, los dóciles; los que si han respetado sus enseñanzas.
Los otros, la mayoría, no se fijan en El,
ellos siguen ensimismados en sus negocios… su codicia, su egoísmo, su ambición
y falta de amor hacia sus semejantes.
Los templos, los centros científicos, las
escuelas espirituales, las casas de cultura… están casi vacías; pero, en
cambio: los bancos monetarios, los centros sociales, las cantinas, las tiendas
de lujo y todo centro de vanidades, están repletos de gente que se satisface
materialmente.
Estas son las verdades que reinan en el
mundo entero. Y… si el fin se acerca… ¡que llegue ya, Señor! ¡que se vallan
contigo los buenos!... Y, los malos, los pecadores, los que no supimos cómo
obedecer tus sagradas leyes; los que como yo, nos creemos buenos y hasta nos
jactamos de platicar contigo, y acusamos, sin autoridad, a los que creemos ser
malos… nosotros, ¿a dónde vamos?.
Señor, perdóname, quizá por insensato.
Pero, ¿por qué permitiste que algunos naciéramos ignorantes, para hacernos
pecadores?. Creo que aún es tiempo,
¡sálvanos! No quiero creer en la terrible profecía del Apocalipsis. Y perdóname
también, por terminar esta carta así,
tan falta de respeto y amor a Ti, y a mis semejantes.
Profr. Eladio Alvarado Ávila
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ss=MsoNoSpacing style='text-align:justify'> Ahora, ya que mi tema está originado por la
palabra “Esoterismo”, veámoslo desde ese punto de vista; dice el diccionario:
“esotérico es lo oculto, secreto; aplicase a la doctrina que los filósofos de
la antigüedad, no comunicaban sino a algunos de sus discípulos.
Yo pienso que en la vida no hay nada
secreto ni oculto, y si algo no lo entendemos, es por ignorancia. La palabra esoterismo, ha dado motivo a que
muchos vividores la utilicen para engañar a la gente ingenua, que se deja
sugestionar hasta el grado de ver, oír y sentir, cosas que sólo son producto de
su imaginación descontrolada.
Para poder desarrollar facultades
“psíquicas”, o lo que es lo mismo: espirituales; se necesita una limpieza
estricta de nuestro cuerpo material y espiritual, reuniendo todas las
cualidades de amor a Dios y a nuestros semejantes.
Nadie puede ejecutar actos divinos, que
únicamente pertenecen a almas puras y mentes sanas. Sólo Jesucristo tuvo esa
gracia, y convertía el agua en vino, multiplicaba la comida, hacía ver a los
ciegos y hasta revivía a los muertos. Eso es el verdadero esoterismo, y no la
provocación del sueño hipnótico de la ciencia, y la imposición de sugestiones,
para dominar la voluntad de nuestros semejantes; que muchos estafadores
utilizan con las palabritas de: parapsicología, cibernética, paranormales, radiestesia
y un montón de nombres adaptados para impresionar a los ingenuos.
Ninguno de estos farsantes ha demostrado
un efecto realmente espiritual, todo en este aspecto es mentira, por falta de
conocimientos y experiencias. Las cualidades espirituales del ser humano, sí
están a nuestro alcance; pero para poderlas ejercer, primero debemos comprender
las ciencias de convivencia humana, para dar motivo a desarrollar nuestra
fuerza espiritual.
Vamos a combatir las injusticias que se
cometen con los débiles; vamos a liberar a los adolescentes de los vicios;
vamos proteger a los niños, a los ancianos y a los animales, de peligros; vamos
a trabajar honradamente y ayudar a los pobres. Principalmente, vamos a pregonar
el amor a Dios y a nuestros semejantes… Ese es el verdadero estudio de las
ciencias ocultas, que muchos ignorantes han confundido con los dizque
“fenómenos” llamados esotéricos.
El título de esta plática es “Verdad y
mentira del Esoterismo”. Ya expuse mis razonamientos en lo referente a la
mentira; ahora diré algo sobre la verdad. Nuestra mente, que es regida por
nuestro espíritu, tiene facultades indescriptibles, para que puedan ser usadas
por nuestra mente y cuerpo material, como: desdoblamiento del cuerpo
espiritual, la transmisión de pensamiento, la curación carismática, adivinación
del futuro… en fin, facultades divinas que es imposible de obtener, en un mundo
donde reina la ambición por los poderes materiales, el egoísmo, la mentira, los
vicios, la degeneración sexual… y, principalmente, la falta de amor a Dios y a
nuestros semejantes.
Profr. Eladio Alvarado Ávila
VERDAD Y MENTIRA DEL ESOTERISMO
¿Qué es el
hombre? ¿Qué somos los humanos? En la Biblia está escrito que Dios nos hizo a
su imagen y semejanza; entonces, debemos suponer que reunimos las tres formas
de El; o sea: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Supongo que Dios hijo, es nuestro cuerpo
material; Dios espíritu santo, nuestro cuerpo espiritual, y Dios padre, la
esencia divina que nos hace ser.
Como de lo Divino no podemos hablar, por
falta de conocimientos y purificación espiritual, deduzco que somos únicamente:
cuerpo material y cuerpo espiritual. Mucho hay que decir de estos dos motivos
de nuestro ser; pero, ahora sólo expondré mi idea sobre lo que es el cuerpo
espiritual, también llamado cuerpo astral; y, el cuerpo material o cuerpo
físico.
Para darnos una idea más real de ello,
pongamos nuestra atención a un solo átomo de nuestro cuerpo, y supongamos que
este átomo es doble; uno es visible porque es materia; y el otro, exactamente
igual pero invisible; no se ve, porque es espíritu. En esta misma forma uno y
otro, y otro y todos los millones de átomos que nos componen para formar
nuestro ser.
En tal forma, estamos compuestos de dos
cuerpos, pero uno se ve y el otro no, porque están íntimamente unidos uno a
otro, todos los millones de átomos que forman nuestro cuerpo; y por lo tanto,
somos un hombre invisible metido en otro visible. El cuerpo material es el
único en el que sí creemos, porque lo vemos y lo tocamos.
No obstante que todo el valor se lo damos
a nuestro cuerpo material, el único que vale es el espiritual. Nosotros somos un
espíritu haciendo uso de un cuerpo material, al que nuestro cuerpo espiritual
le da forma y valor en el transcurso de nuestra vida.
Cuando morimos, es cuando los millones de
átomos invisibles se separan de los visibles, y éstos se descomponen y se
transforman en gusanos, y finalmente en tierra. Esto lo sabemos todos porque lo
vemos, pero no lo comprendemos bien, porque creemos que somos únicamente materia, y
no le damos importancia al espíritu, que es lo que realmente somos.
Por
medio de nuestro cuerpo espiritual, nos movemos, pensamos y vivimos; ya que, nuestro espíritu es la esencia Divina,
o sea: el Dios Padre de la comparación tripartita que estamos haciendo.
Acostumbrados como estamos de usar la materia con sus cinco
sentidos, al ya no poder hacer uso de ellos; por la muerte, quedamos exactamente igual que
cuando estamos soñando, y poco a poco nuestro cuerpo espiritual, se va dando
cuenta de la separación de la materia.
Nacer y morir es lo mismo, pero en
diferentes circunstancias; veamos cómo. Cuando nacemos, en este mundo material,
siendo bebés, no comprendemos nada: estamos “soñando”, y lo podemos constatar
con un niño recién nacido, ya que, ríe y mueve sus ojitos, igual que como lo
hacemos los adultos cuando estamos soñando.
El recién nacido poco a poco se va dando
cuenta y va aprendiendo mediante rutinas diarias, a vivir materialmente. Su existencia anterior la olvidan, así como
nosotros olvidamos los sueños, después de despertar.
Eso mismo nos pasa cuando morimos.
Espiritualmente, nacemos en ese mundo de vida diferente, y poco a poco nos
vamos dando cuenta de ese mundo espiritual, en donde también rigen normas de
conducta, con sus diferentes necesidades;
y así, ir obteniendo constantemente experiencias, que vamos uniendo a las de
nuestros semejantes, para que todos juntos, cumplamos con la misión de
purificar al espíritu, que por mandato divino, recibimos de esa mente
universal, a quien conocemos con el nombre de Dios.
Ahora, ya que mi tema está originado por la
palabra “Esoterismo”, veámoslo desde ese punto de vista; dice el diccionario:
“esotérico es lo oculto, secreto; aplicase a la doctrina que los filósofos de
la antigüedad, no comunicaban sino a algunos de sus discípulos.
Yo pienso que en la vida no hay nada
secreto ni oculto, y si algo no lo entendemos, es por ignorancia. La palabra esoterismo, ha dado motivo a que
muchos vividores la utilicen para engañar a la gente ingenua, que se deja
sugestionar hasta el grado de ver, oír y sentir, cosas que sólo son producto de
su imaginación descontrolada.
Para poder desarrollar facultades
“psíquicas”, o lo que es lo mismo: espirituales; se necesita una limpieza
estricta de nuestro cuerpo material y espiritual, reuniendo todas las
cualidades de amor a Dios y a nuestros semejantes.
Nadie puede ejecutar actos divinos, que
únicamente pertenecen a almas puras y mentes sanas. Sólo Jesucristo tuvo esa
gracia, y convertía el agua en vino, multiplicaba la comida, hacía ver a los
ciegos y hasta revivía a los muertos. Eso es el verdadero esoterismo, y no la
provocación del sueño hipnótico de la ciencia, y la imposición de sugestiones,
para dominar la voluntad de nuestros semejantes; que muchos estafadores
utilizan con las palabritas de: parapsicología, cibernética, paranormales, radiestesia
y un montón de nombres adaptados para impresionar a los ingenuos.
Ninguno de estos farsantes ha demostrado
un efecto realmente espiritual, todo en este aspecto es mentira, por falta de
conocimientos y experiencias. Las cualidades espirituales del ser humano, sí
están a nuestro alcance; pero para poderlas ejercer, primero debemos comprender
las ciencias de convivencia humana, para dar motivo a desarrollar nuestra
fuerza espiritual.
Vamos a combatir las injusticias que se
cometen con los débiles; vamos a liberar a los adolescentes de los vicios;
vamos proteger a los niños, a los ancianos y a los animales, de peligros; vamos
a trabajar honradamente y ayudar a los pobres. Principalmente, vamos a pregonar
el amor a Dios y a nuestros semejantes… Ese es el verdadero estudio de las
ciencias ocultas, que muchos ignorantes han confundido con los dizque
“fenómenos” llamados esotéricos.
El título de esta plática es “Verdad y
mentira del Esoterismo”. Ya expuse mis razonamientos en lo referente a la
mentira; ahora diré algo sobre la verdad. Nuestra mente, que es regida por
nuestro espíritu, tiene facultades indescriptibles, para que puedan ser usadas
por nuestra mente y cuerpo material, como: desdoblamiento del cuerpo
espiritual, la transmisión de pensamiento, la curación carismática, adivinación
del futuro… en fin, facultades divinas que es imposible de obtener, en un mundo
donde reina la ambición por los poderes materiales, el egoísmo, la mentira, los
vicios, la degeneración sexual… y, principalmente, la falta de amor a Dios y a
nuestros semejantes.
Profr. Eladio Alvarado Ávila
domingo, 10 de agosto de 2014
1920-1928.- Penoso nacimiento y accidentado bautizo
Eran las cuatro de la tarde del día 21 de octubre de 1920; mi mamá presentaba los primeros síntomas de parto, por lo que mi papá apresuradamente se dirigió a la casa de la empírica comadrona para solicitar sus servicios.
En la ciudad de Tehuacán en esa época, solo se contaba para casos de emergencia, con esta curandera. Llegado el momento de dar a luz, se presentaron varios problemas y hubo necesidad de forces toscos, por lo que nací asfixiado; por ciertos conocimientos de la partera, me dió respiración artificial y nos salvamos madre e hijo. Esta fue mi primera lucha por vivir.
Con fecha 3 de diciembre, 43 días después de nacido, fui llevado a la oficina del registro civil. El Juez era un anciano que escribía con letra muy estilizada dando motivo a no poderle mucha atención al contenido de su escritura y él, al no oír bien mi nombre, apuntó EULALIO en vez de ELADIO.
El tiempo transcurrió sin advertir esta equivocación y así quedó asentado en la boleta: Guillermo Eulalio AlvaradoÁvila.
Por circunstancias ignoradas, pasó el tiempo, y no fue sino hasta el día 26 de diciembre de 1922 en que la familia se propuso llevar a efecto la ceremonia de bautizo. Mi tío Profr. Melitón Guzmán, fué mi padrino, quien mandó imprimir en los bolos el siguiente soneto de su inspiración:
En la ciudad de Tehuacán en esa época, solo se contaba para casos de emergencia, con esta curandera. Llegado el momento de dar a luz, se presentaron varios problemas y hubo necesidad de forces toscos, por lo que nací asfixiado; por ciertos conocimientos de la partera, me dió respiración artificial y nos salvamos madre e hijo. Esta fue mi primera lucha por vivir.
Con fecha 3 de diciembre, 43 días después de nacido, fui llevado a la oficina del registro civil. El Juez era un anciano que escribía con letra muy estilizada dando motivo a no poderle mucha atención al contenido de su escritura y él, al no oír bien mi nombre, apuntó EULALIO en vez de ELADIO.
El tiempo transcurrió sin advertir esta equivocación y así quedó asentado en la boleta: Guillermo Eulalio AlvaradoÁvila.
Por circunstancias ignoradas, pasó el tiempo, y no fue sino hasta el día 26 de diciembre de 1922 en que la familia se propuso llevar a efecto la ceremonia de bautizo. Mi tío Profr. Melitón Guzmán, fué mi padrino, quien mandó imprimir en los bolos el siguiente soneto de su inspiración:
ELADIO
¡Sé bueno; sé sabio; sé fuerte!
Orgullo en virtudes cimenta;
grandeza en el bien siempre intenta
y triunfa en la vida y en la muerte.
Insania no llegue a vencerte
ni manche tu nombre la afrenta.
¡Muy alto tu anhelo sustenta
y habrás, por amor, de imponerte!
La vida es encanto o tormento
según que su nave se guíe
en propio o contrario momento.
Sé buen timonel, y sonríe;
tormenta será transitoria...
tras ella está el puerto: ¡La Gloria!
El bautizo estaba programado para ese día a las 6 de la tarde, pero antes, se había invitado a todos los familiares a comer mole poblano; así que, a las 12 del día todo mundo agitado preparaba la comida.
Mi mamá se esmeró en arreglarme y en un descuido me salí a la puerta de la calle, motivo por el cual, una indita de un pueblo llamado Coapan, al ver que nadie me cuidaba, me robó y me fue a esconder a unas ruinas llamadas El Calvario. Al darse cuenta mis padres de mi desaparición , todo Tehuacán, ya que era una población chica, se dió a la tarea de localizarme; y no fue sino hasta las 4 de la tarde, en que un "gendarme" le echó el guante a la indita que ya me llevaba a su pueblo.
El bautizo se efectuó, pero la fiesta resultó sin ánimos, pues todos los parientes estaban contrariados por el incidente. En el periódico "La semana" que se editaba en Tehuacán, con fecha 31 de diciembre de 1922, se publicó la nota de mi desaparición.
¿Qué habría sido de mí si esta indita que me robó, me hubiera escondido en otro pueblo mas lejano y nunca mis padres me hubieran localizado?. Quizá en estos momentos todavía estaría arando la tierra y otro habría sido mi destino.
El bautizo se efectuó, pero la fiesta resultó sin ánimos, pues todos los parientes estaban contrariados por el incidente. En el periódico "La semana" que se editaba en Tehuacán, con fecha 31 de diciembre de 1922, se publicó la nota de mi desaparición.
¿Qué habría sido de mí si esta indita que me robó, me hubiera escondido en otro pueblo mas lejano y nunca mis padres me hubieran localizado?. Quizá en estos momentos todavía estaría arando la tierra y otro habría sido mi destino.
jueves, 7 de agosto de 2014
Prólogo
Más las autobiografías, que las biografías, pero unas y otras, no dejan ocultar partes íntimas de la vida de los protagonistas. Se ha llegado hasta emitir biografías no oficiales, no autorizadas. Pero esta que he leído , casi de una tirada, no oculta absolutamente nada de su periplo. Se desnuda totalmente, sinceramente, ante el lector. Es un libro revelador por muchos sentidos. Es la vida inquieta de un hombre que hoy en los setenta de su vida, no aparenta siquiera las inquietudes y la dinámica de una vida que se asomó a los más increíbles balcones del acontecer humano.
Vivida esa ruta con pasión, sin duda, con precisión, con absoluta libertad, con honestidad absoluta, que supo levantarse de todas las adversidades -no fracasos- sobre todo en los aspectos comerciales, que seguramente nunca fueron su vocación, hasta el encuentro de ella, el periodismo, la comunicación, realizada con verticalidad ejemplar.
Me refiero a Eladio Alvarado Ávila, que con el título,
"¡Aguanta , no te quiebres!", que parece ser el destino de su vida, aguantar, doblarse, pero jamás quebrarse y siempre seguir adelante, hasta cumplir con sus propios objetivos de vida.
El estilo periodístico de Alvarado Ávila, se hace presente con toda su agilidad en su autobiografía , que el lector se bebe materialmente, porque independientemente de esa facilidad sugerente y atrayente al lector, es un libro sincero, alejado de la publicidad, es un recuento de andanzas que derraman interés, comunicación, llenas de atractivo y auténticas, porque no encuentra uno jamás dobleces y le llama al pan, pan y al vino, vino, con fidelidad a su normatividad personal, a su sentido de vida y querer y saberla vivir, con toda su realidad, hiel, amargura, dolor, o bien, lo contrario.
Sus amigos, su tiempo, su época, los ambientes en los que se desenvolvió, sus mismas obsesiones todo es auténtico, aunque como toda realidad, parezca o pudiera parecer novela-
La novela realista, de la vida de Eladio Alvarado, que también en su autobiografía nos parece, mantiene el estilo de su vida, su personalidad conocida, de allí la demostración de su autenticidad, su sinceridad tangible, tejida en un texto que no podemos dejar de leer con fruición, con emoción y por supuesto con la valentía de decir las cosas, empezando por las propias, sin velos, sin ocultar nada de una aventura de vida...
La voz, las palabras de Eladio Alvarado Ávila, experiencia y acción.
Quienes lean este apasionante libro, obtendrán la fuerza del roble, que aguanta los vientos, las plagas, que se dobla, pero que no se quiebra, como hasido su propio existir.
los olvidos freidianos quedaron lejos, aquí se vuelca sin tapujos, la verda de la vida.
Los lectores estamos de enhorabuena, sin duda.
Más las autobiografías, que las biografías, pero unas y otras, no dejan ocultar partes íntimas de la vida de los protagonistas. Se ha llegado hasta emitir biografías no oficiales, no autorizadas. Pero esta que he leído , casi de una tirada, no oculta absolutamente nada de su periplo. Se desnuda totalmente, sinceramente, ante el lector. Es un libro revelador por muchos sentidos. Es la vida inquieta de un hombre que hoy en los setenta de su vida, no aparenta siquiera las inquietudes y la dinámica de una vida que se asomó a los más increíbles balcones del acontecer humano.
Vivida esa ruta con pasión, sin duda, con precisión, con absoluta libertad, con honestidad absoluta, que supo levantarse de todas las adversidades -no fracasos- sobre todo en los aspectos comerciales, que seguramente nunca fueron su vocación, hasta el encuentro de ella, el periodismo, la comunicación, realizada con verticalidad ejemplar.
Me refiero a Eladio Alvarado Ávila, que con el título,
"¡Aguanta , no te quiebres!", que parece ser el destino de su vida, aguantar, doblarse, pero jamás quebrarse y siempre seguir adelante, hasta cumplir con sus propios objetivos de vida.
El estilo periodístico de Alvarado Ávila, se hace presente con toda su agilidad en su autobiografía , que el lector se bebe materialmente, porque independientemente de esa facilidad sugerente y atrayente al lector, es un libro sincero, alejado de la publicidad, es un recuento de andanzas que derraman interés, comunicación, llenas de atractivo y auténticas, porque no encuentra uno jamás dobleces y le llama al pan, pan y al vino, vino, con fidelidad a su normatividad personal, a su sentido de vida y querer y saberla vivir, con toda su realidad, hiel, amargura, dolor, o bien, lo contrario.
Sus amigos, su tiempo, su época, los ambientes en los que se desenvolvió, sus mismas obsesiones todo es auténtico, aunque como toda realidad, parezca o pudiera parecer novela-
La novela realista, de la vida de Eladio Alvarado, que también en su autobiografía nos parece, mantiene el estilo de su vida, su personalidad conocida, de allí la demostración de su autenticidad, su sinceridad tangible, tejida en un texto que no podemos dejar de leer con fruición, con emoción y por supuesto con la valentía de decir las cosas, empezando por las propias, sin velos, sin ocultar nada de una aventura de vida...
La voz, las palabras de Eladio Alvarado Ávila, experiencia y acción.
Quienes lean este apasionante libro, obtendrán la fuerza del roble, que aguanta los vientos, las plagas, que se dobla, pero que no se quiebra, como hasido su propio existir.
los olvidos freidianos quedaron lejos, aquí se vuelca sin tapujos, la verda de la vida.
Los lectores estamos de enhorabuena, sin duda.
Pedro Ángel Palou
Santa Cruz Buenavista, Puebla, 1997 en su verano...
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