Literatura y fotografía.

Director: Profr. Eladio Alvarado Ávila.

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Puebla, Pue. México.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Gracias Doctor


La vida se inicia en las manos de un médico. Y es él quien continúa dándole vida al niño; cuando, por su corta edad, suelen presentarse problemas de salud. Al nacer el niño, necesita el cuidado del médico que recetará los medicamentos que requiera para su desarrollo infantil. Y así seguirá haciéndolo, durante toda la vida del adulto.
      Todo ser humano, absolutamente todos, requerimos de los servicios de un doctor que cure algún padecimiento que tengamos. Desde el niño, el joven, el adulto y el anciano, siempre estaremos necesitando de las manos del doctor, hasta llegar a la hora de la muerte.
      La vida, sin la atención de un médico que cure nuestra enfermedad, sería de gran sufrimiento y quizá, hasta llegar a la muerte. Por eso, bien puede suponerse que un médico, por sus conocimientos médicos, es la otra mitad de la vida de una persona.
      Gracias doctor, valió la pena el empeño y sufrimiento en los estudios de la escuela de medicina. Porque ahora, a semejanza de Jesucristo, que con sus manos daba vida a los enfermos; ustedes también, con sus manos en las operaciones de cirugía, dan vida curando a un ser humano, y también, combaten las enfermedades, recetando los medicamentos necesarios. Y, reciben en recompensa y con gran satisfacción, dos palabras que deben ser sagradas para ustedes: “Gracias Doctor”.
      Pocos grupos de personas de asociaciones sociales o de cualquier índole, cumplen los preceptos o juramentos que hacen formalmente ante sus compañeros, y en algunos casos, hasta públicamente. En cambio los médicos, sin distinción, cumplen fielmente y con honradez honorífica, el “Juramento Hipocrático”, y por ello, no hay discriminación humanan distingos, sólo existe el cumplimiento a la profesión que los hace honorables.

JURAMENTO HIPOCRATICO
JURAMENTO PROFESIONAL ESTABLEC IDO POR HIPÓCRATES PARA LOS MÉDICOS

      “Juro por Apolo, Esculapio…y demás dioses y diosas de la Medicina, mantener religiosamente la promesa solemne… Jamás me dejaré inducir a administrar a quienquiera que sea un medicamento que conduzca a la muerte o al aborto… Mi fin único será cuidar y curar los enfermos, responder a su confianza y evitar hasta la sospecha de haber abusado de ella, especialmente en lo que respecta a las mujeres… En cualquier situación que yo me encuentre guardaré silencio sobre lo que crea necesario mantener secreto…”

                                                                                                               Profr. Eladio Alvarado Ávila

jueves, 8 de septiembre de 2011

El tic-tac de la existencia


AMABLE PETICIÓN A AMIGOS DEL PERIÓDICO “EL EXPEDIENTE”

      Saludo a ustedes con el afecto de siempre para informarles que El Expediente ahora se publica por Internet.
      La edad de mi periódico es de 39 años (1972), y la mía de 91 (1920). Y, ¿qué hemos de hacer, si no, luchar hasta la muerte?. Si ustedes aceptan que sigamos siendo amigos, háganme favor de enviarme su correo electrónico por ese mismo medio, para seguir recibiendo mis simples pero sinceros pensamientos.

EL TICTAC DE LA EXISTENCIA

      Ya se acerca; no sé cuando llegue. Pero, ya viene. La estoy esperando en el tictac de la existencia. No le tengo miedo, pero tampoco la reto.
      La misión por la que vine al mundo, está cumplida. Mal, quizá, o… regular al menos; pero se hizo, se hizo lo que se pudo.
      Y… ¿a dónde me llevará ella? ¿Llevaré el mismo vestido que usé en este mundo? o me iré desnudo al cielo desconocido del más allá.
      Y… ellos, los míos, qué, ¿estarán allá?, ¿me estarán esperando? ¿me reconocerán cuando llegue?. Ha pasado tanto tiempo. Y, la que me dio la vida y me quiso tanto… y él, mi padre que se fue tan joven… también mis hermanos y demás parientes, todos, ¿estarán allá?.
      Nadie lo sabe, pero eso sí, ella vendrá para llevarme, porque, así es como lo  manda el tictac de la existencia.

LA PERFECCIÓN DE LA ESFERA

      El karma no existe en la esfera. La Esfera es el cuerpo perfecto. En ella no hay compensación. Las estrellas y los planetas que cubren la esfera celeste, todos son esferas que no tienen principio ni fin, ni para adentro ni para afuera en su volumen, desde el átomo hasta la esfera celeste, todo es la perfección, porque son el “retrato” de Dios.

Profr. Eladio Alvarado Ávila