La vida se inicia en las manos de un médico. Y es él quien continúa dándole vida al niño; cuando, por su corta edad, suelen presentarse problemas de salud. Al nacer el niño, necesita el cuidado del médico que recetará los medicamentos que requiera para su desarrollo infantil. Y así seguirá haciéndolo, durante toda la vida del adulto.
Todo ser humano, absolutamente todos, requerimos de los servicios de un doctor que cure algún padecimiento que tengamos. Desde el niño, el joven, el adulto y el anciano, siempre estaremos necesitando de las manos del doctor, hasta llegar a la hora de la muerte.
La vida, sin la atención de un médico que cure nuestra enfermedad, sería de gran sufrimiento y quizá, hasta llegar a la muerte. Por eso, bien puede suponerse que un médico, por sus conocimientos médicos, es la otra mitad de la vida de una persona.
Gracias doctor, valió la pena el empeño y sufrimiento en los estudios de la escuela de medicina. Porque ahora, a semejanza de Jesucristo, que con sus manos daba vida a los enfermos; ustedes también, con sus manos en las operaciones de cirugía, dan vida curando a un ser humano, y también, combaten las enfermedades, recetando los medicamentos necesarios. Y, reciben en recompensa y con gran satisfacción, dos palabras que deben ser sagradas para ustedes: “Gracias Doctor”.
Pocos grupos de personas de asociaciones sociales o de cualquier índole, cumplen los preceptos o juramentos que hacen formalmente ante sus compañeros, y en algunos casos, hasta públicamente. En cambio los médicos, sin distinción, cumplen fielmente y con honradez honorífica, el “Juramento Hipocrático”, y por ello, no hay discriminación humanan distingos, sólo existe el cumplimiento a la profesión que los hace honorables.
JURAMENTO HIPOCRATICO
JURAMENTO PROFESIONAL ESTABLEC IDO POR HIPÓCRATES PARA LOS MÉDICOS
“Juro por Apolo, Esculapio…y demás dioses y diosas de la Medicina, mantener religiosamente la promesa solemne… Jamás me dejaré inducir a administrar a quienquiera que sea un medicamento que conduzca a la muerte o al aborto… Mi fin único será cuidar y curar los enfermos, responder a su confianza y evitar hasta la sospecha de haber abusado de ella, especialmente en lo que respecta a las mujeres… En cualquier situación que yo me encuentre guardaré silencio sobre lo que crea necesario mantener secreto…”
Profr. Eladio Alvarado Ávila